martes, 22 de febrero de 2011

Adéu, creativos

No sé cuántos creativos publicitarios hay en España pensando ahora mismo cómo resolver su próximo briefing. ¿2.000?, ¿3.000?, ¿5.000 profesionales?

Unos cuantos. Y muchos, seguro, dotados con gran talento. Pero el trabajo que hacen -o que hacemos- no le gusta a le gente. Llevamos décadas interrumpiendo películas, ensuciando fachadas, llenando de basura los buzones, exagerando, gritando, inventando ficciones alejadas de la gente o hablando de cosas sin interés… ¿A quién puede gustarle eso?

A nadie.

No sé cuántas personas hay en España compartiendo ahora mismo, desde su ordenador de casa o del trabajo, divertidas anécdotas, historias emocionantes, vídeos con extraordinarias casualidades, o fotos de gatos. ¿1 millón?, ¿dos?, ¿diez?

Unos cuantos. Y de entre todas esas historias, aunque sólo sea por probabilidad, algunas de ellas sobresalen. Y conectan con la gente. Les entretienen, les divierten, les emocionan, les interesan.

Cada vez son más y hablan más entre ellos. Y a nosotros cada vez nos prestan menos atención.

¿Cómo competir por la atención? Yo creo que no podemos. Lo hemos hecho tan mal durante tanto tiempo que nos hemos ganado a pulso la marginación y el ostracismo.

No podemos imitar su espontaneidad. Pero podemos tratar de entender a los espontáneos. Dialogar con ellos e incluso comportarnos como si fuéramos como ellos: personas. Para que vuelvan a tratarnos como personas y dejen de vernos como intrusos.

Eso es lo que hemos intentado hacer con Lucas Jatobá.
Lucas es un brasileño que vivía en Barcelona. Para despedirse, tuvo una maravillosa idea: soltar media docena de globos con entradas para una obra de teatro, agradeciendo así los buenos momentos que pasó en la ciudad . Lo grabó en vídeo, lo colgó y lo compartió con sus amigos. Era una idea perfecta para Atrapalo.com, uno de nuestros clientes. Así que le propusimos volver a rodar el vídeo y facilitarle cientos de globos para que pudiera despedirse a lo grande de toda la ciudad:



Por primera vez, trabajamos una idea que no era nuestra, sino de Lucas, que es quien la firma. Y Atrápalo invirtió en un proyecto que no era suyo, sino de Lucas, que es quien lo firma. Qué caso tan raro.

Tanto que algunos usuarios comentan que no saben si es publicidad; unos pocos dicen que si esto es publicidad, ya no les gusta –tal vez sea muestra del odio que el marketing ha despertado en ellos durante tantos años de mal comportamiento-; y la mayoría, afortunadamente, admiten que sea o no publicidad, les encanta.

Me gusta pensar que cada vez veremos más casos como éste, en el que los verdaderos “creativos” serán los usuarios y “la gente de la agencia” nos dedicaremos a cazar oportunidades y recomendar a las marcas no qué decir, sino cómo comportarse.


Related Posts with Thumbnails