domingo, 6 de junio de 2010

La realidad en publicidad

Las productoras de TV ya se dieron cuenta hace años de que la telerrealidad (Gran Hermano, Supervivientes, OT,…) conecta con el espectador.

En cine hemos visto experimentos en los que, para producir un documento audiovisual, se interviene en la propia realidad provocando situaciones (situacionismo) -como hizo Sacha Baron Cohen en Borat o Brüno- en lugar de recrearlas (ficción).
Incluso recientemente nos ha sorprendido el caso de Joaquin Phoenix, que supuestamente ha utilizado su propia vida como escenario y ha engañado a medio EE.UU. Tras anunciar que dejaba el cine y se dedicaba al hip-hop, llegó a montar un show en el show de David Letterman para después confesar que todo forma parte del documental I'm still here: the last year of Joaquin Phoenix. O sea, que es todo un (genial) montaje.

Si en cine y TV estamos viendo cómo se consolidan estos cambios, en publicidad parece que el cambio es más lento. Es cierto que ya hay buenas campañas donde se trabaja con historias reales de personas reales, o bien con situaciones provocadas para que sucedan acontecimientos reales, pero cuando ves un bloque de anuncios en televisión, prácticamente no hay "realidad". La mayoría de los spots siguen siendo películas de ficción de 20 segundos. Me pregunto por qué. ¿Será porque no entendemos por qué triunfan la telerrealidad o los experimentos de Baron Cohen?

Algunos autores explican que el surgimiento de la telerrealidad ha sido causado por una serie de cambios sociales, que se pueden resumir en dos: la pérdida de credibilidad de la clase política (mentiras, escándalos, corrupción) y la pérdida de legitimidad de los medios.

Si la telerrealidad funciona porque no nos creemos a los políticos, la publicidad de ficción no funciona porque…
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