Este libro describe, a través de una visión optimista que comparto, cómo los jubilados se apropian de tierras de propiedad estatal para entretenerse creando huertas para entretenerse. Tierras que no se utilizan (los márgenes de los ríos o los aledaños de las autopistas). Lo hacen de manera totalmente ilegal, pero aprovechando un vacío de autoridad mediante esta práctica que, desde mi punto de vista, no sólo no molesta sino que invita a reflexionar. En los ejemplos se habla de Barcelona, pero es algo que sucede en todo el país en mayor o menor medida.
En su website, puedes leer o descargarte el libro en pdf. Mientras lo lees, escuchas los testimonios de los jubilados. Incluso sin prestar atención a los testimonios, es una experiencia curiosa porque el sonido hace el papel de banda sonora del libro. Les oyes con el ruido de los coches pasando a toda velocidad por la autopista, lo que es precisamente el contexto que se menciona "la ciudad jubilada".
Los jubilados son en esta sociedad una especie de grupo desplazado. Tienen que reinventar sus vidas sin ningún tipo de ayuda u orientación después de acabar su periodo útil en el mundo laboral. Como reflexiona mi compañero "el sistema educativo te orienta para iniciarte en la vida laboral, pero no te educa para finalizarlo y empezar esa segunda juventud que es la jubilación".
Los jóvenes y no tan jóvenes de hoy generamos una cantidad ingente de contenidos en la red. Este libro me hace reflexionar sobre cómo será la red cuando seamos jubilados y, además de tiempo, tengamos experiencia y una organización estructurada a través de redes y grupos con los mismos intereses.
Si estos jubilados buscan su entretenimiento en resquicios legales, nosotros, en la futura "red jubilada", quizá seamos un ejército al servicio de ideas, entretenimiento o incluso de algunas marcas. ¿Cómo será ese ejército de jubilados del futuro? ¿Seguiremos trabajando para entretenernos después de haber trabajado durante décadas?
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